En Occidente, a los millones de ciudadanos que apreciábamos a la Unión Soviética y al Socialismo Real, (no solo por sus propios e innegables aportes civilizatorios sino también como contrapeso tangible del Capitalismo, sus crisis y sus guerras cíclicas), que sufrimos con su dolorosa ruptura, (o malograda reforma ) y que, (por esa misma razón), admiramos la inteligente transición china, siempre nos han tildado de "estalinistas".
Algo así como unos frikis alejados de la realidad, encerrados en casa o en la biblioteca, lectores de tochazos marxistas, fetichistas de banderitas y estampitas rojas, sin otros gustos ni aficiones que no fuesen la música clásica, (solemne), el realismo socialista, (severo), o el cine soviético, (épico). Y sin otra opción política que no fuesen las sectas más sectarias del espectro social. Todo ello cuando no nos describen directamente como alienígenas, genocidas o comeniños.
Se supone que somos así de malotes, (además de perdedores), porque preferimos sufrir por una modernidad destruida, (la catastrófica ruptura soviética y este-europea), que disfrutar de esa postmodernidad patética que exhibe la izquierda vacía.
Somos tan cafres que sabemos apreciar otras experiencias de socialización intermedia, (para las que siempre fué imprescindible un Contrapoder Social y un contexto Geopolítico favorable), como la Socialdemocracia Escandinava, la semiestatalizacion de sectores estratégicos en países nominalmente capitalistas o las políticas monetarias y fiscales progresivas.
También respetamos sobremanera, porque nosotros no somos, como otros, socialistas de andar por casa y nazis en el extranjero, las vías abiertas por naciones soberanas y progresistas, (no depredadas por el Capitalismo Occidental), como Libia, Siria, Iraq o la República islámica de Irán. Y apoyamos la confederación de naciones, especialmente en Latinoamérica, Africa y Oriente Medio, como factor de soberanía, desarrollo económico y equilibrio geopolítico.
Precisamente por ello podemos decir que tenemos una potente vena patriótica, (de amor a nuestra nación), muy diferente de las derechas depredadoras de otras naciones, léase imperialistas y guerreristas.
Indisoluble de dicha vena patriótica, los estalinistas siempre hemos tenido una vena constructora orientada al desarrollo nacional que nos diferencia sustancialmente de la izquierda basura, (debilucha y siempre protestona y pedigüeña).
*Quienes más ahínco ponen en satanizarnos son precisamente los plutócratas, otanistas y de todo lugar. Son aquellos que provocaron dos guerras mundiales en el siglo pasado, (con más de 65 millones de muertos), es la OTAN ganadora de la Guerra Fría contra la URSS, (que desde 1989 ha destruido y hundido en el caos a pequeñas naciones progresistas y calienta el ambiente para nuevas debacles globales), son los social-liberales, que creen que su Estado de Bienestar cayó del cielo, es la chusma de extrema izquierda troskista y anarquista, (que no construyó jamás siquiera una caseta de perro y que está destruyendo a la izquierda en Occidente).
Obviamente contribuyen al estereotipo ciertas sectas ultracomunistas, (minoritarias, panfletarias y folclóricas) y ciertos restos de serie del comunismo, asociados patéticamente con la extrema izquierda mencionada.

Resumiendo, los "estalinistas" somos, además de todo lo dicho, unos pragmáticos hijos de perra: Napoleónicos en la Europa de 1800, comunistas en la URSS, (1917-1989), reformistas en China, (1989-2019), baasistas en Iraq y Siria, gadafistas en Libia, bolivarianos en Latinoamérica, (peronistas en Argentina), rooselvetianos y obamistas en EE.UU y soberanistas anti-OTAN en la Europa de 2020. Y por supuesto feroces anti-trotskistas en todo tiempo y lugar.
Somos tan cafres que sabemos apreciar otras experiencias de socialización intermedia, (para las que siempre fué imprescindible un Contrapoder Social y un contexto Geopolítico favorable), como la Socialdemocracia Escandinava, la semiestatalizacion de sectores estratégicos en países nominalmente capitalistas o las políticas monetarias y fiscales progresivas.
También respetamos sobremanera, porque nosotros no somos, como otros, socialistas de andar por casa y nazis en el extranjero, las vías abiertas por naciones soberanas y progresistas, (no depredadas por el Capitalismo Occidental), como Libia, Siria, Iraq o la República islámica de Irán. Y apoyamos la confederación de naciones, especialmente en Latinoamérica, Africa y Oriente Medio, como factor de soberanía, desarrollo económico y equilibrio geopolítico.
Precisamente por ello podemos decir que tenemos una potente vena patriótica, (de amor a nuestra nación), muy diferente de las derechas depredadoras de otras naciones, léase imperialistas y guerreristas.
Indisoluble de dicha vena patriótica, los estalinistas siempre hemos tenido una vena constructora orientada al desarrollo nacional que nos diferencia sustancialmente de la izquierda basura, (debilucha y siempre protestona y pedigüeña).
*Quienes más ahínco ponen en satanizarnos son precisamente los plutócratas, otanistas y de todo lugar. Son aquellos que provocaron dos guerras mundiales en el siglo pasado, (con más de 65 millones de muertos), es la OTAN ganadora de la Guerra Fría contra la URSS, (que desde 1989 ha destruido y hundido en el caos a pequeñas naciones progresistas y calienta el ambiente para nuevas debacles globales), son los social-liberales, que creen que su Estado de Bienestar cayó del cielo, es la chusma de extrema izquierda troskista y anarquista, (que no construyó jamás siquiera una caseta de perro y que está destruyendo a la izquierda en Occidente).
Obviamente contribuyen al estereotipo ciertas sectas ultracomunistas, (minoritarias, panfletarias y folclóricas) y ciertos restos de serie del comunismo, asociados patéticamente con la extrema izquierda mencionada.

Resumiendo, los "estalinistas" somos, además de todo lo dicho, unos pragmáticos hijos de perra: Napoleónicos en la Europa de 1800, comunistas en la URSS, (1917-1989), reformistas en China, (1989-2019), baasistas en Iraq y Siria, gadafistas en Libia, bolivarianos en Latinoamérica, (peronistas en Argentina), rooselvetianos y obamistas en EE.UU y soberanistas anti-OTAN en la Europa de 2020. Y por supuesto feroces anti-trotskistas en todo tiempo y lugar.
Por ello esta portada, junto al apartado "otra gente que nos inspira", para que ustedes se hagan una idea de lo que hay:





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Martín Lutero.
Nicolás Maquiavelo.
Oliver Cromwell.
Pedro el Grande, (Rusia).
Catalina la Grande, (Rusia).
Carlos III, (España).
José II de Austria.
François Marie Arouet, Voltaire.
Denis Diderot.
Maximilien Robespierre.
Napoleón Bonaparte.
Napoleón III.
Georges-Eugène Haussmann.
Thomas Robert Malthus.
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Karl Marx, (excelente crítico económico del Feudalismo y el Capitalismo pero muy sesgado en sociología y antropología) y Friedrich Engels.
Vladimir Ilich Ulianov, revolucionario y estadista sovietico. Analista certero del la fase imperialista y guerrerista del capitalismo.
Iosif Visariónovich Zugasvili, estadista, constructor y planificador soviético.
Serguéi Mirónovich Kírov.
Vasili Chuikov, teniente general del 62º ejército sovietico.
Alexey Dushkin,














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Pero, a pesar de estos graves errores y reveses, solo el pueblo soberano de Iraq tenía derecho a juzgarlo, (condenándolo o absolviéndolo), no invasores genocidas que lo asesinaron, (junto a muchos otros miembros del partido Baas), en su condición de Líder y Jefe de un Estado independiente y progresista).
Debemos añadir aquí que a los occidentales, (incluimos aquí a los soviéticos del siglo pasado y a los rusos de hoy), nos cuesta mucho entender el atavismo tribal que atenaza y divide a los pueblos árabes. Por ejemplo nos decepciona enormemente que dos naciones hermanas como Siria e Iraq, gobernadas por partidos igualmente hermanos, fueran presa de rivalidades absurdas, teniendo enfrente a enemigos tan poderosos y amenazantes como EE.UU. G.B. e Israel.







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Simon Bolivar, gran patriota latinoamericano.






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Juan Negrín














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Si no se tira de Barack Obama hacia la izquierda, la plutocracia y los social-liberales lo harán hacia la derecha. Resulta esencial que tras el fin forzoso de su mandato, (imperativo constitucional), apoye a un delfín del ala izquierda del Partido Demócrata frente al grave peligro de retroceso, (o de triunfo republicano indirecto), que representa la social-liberal-guerrerista Hilary Clinton.
Resulta grotescas las exigencias de los ultraizquierdistas europeos para con Barack Obama: ¿Querían que dinamitase su propio país para ser un auténtico anti-imperialista?. ¿Son mejores ahora Trump y Bolton?. Manda narices.
Como telón de fondo, nosotros sí sabemos distinguir entre lo regular, lo malo y lo menos malo. Y como patriotas europeos luchamos por la soberanía de nuestro continente, por el multilateralismo y por el fin de la supremacía estadounidense.




Bernie Sanders es demasiado izquierdoso, (además de apátrida), para ganar en EEUU, como lo fué en su día Henry Wallace frente a Harry Truman, con resultados muy negativos para la paz mundial. (Comienzo de la Guerra Fría).
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